#Papereflexiona
Esta sección puede ser un poco extensa, pues me encanta reflexionar, repensar temas y compartirlos, asi que acá vamos...
Hoy:
El mismísimo síndrome del impostor.
Tranqui el tema de Febrero, ¿no? 😅
Antes de arrancar voy a compartirte la primer definición que me aparece en google cuando busco esto:
"El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que hace que aquellas personas que lo padecen sientan que nunca se encuentran a la altura de las circunstancias o que sean incapaces de aceptar que merecen lo que han obtenido como fruto de su trabajo."
Duro leerlo así, ¿no?
Si no estas muy al corriente de la vida emprendedora, este síndrome es muy "común" en el ambiente, pero, creo que en todos los ámbitos se da y que a todos en algún momento nos pasa, digo en algún momento para no decir "mucho mas seguido de lo que querríamos".
De hecho, me acuerdo cuando era maestra que los minutos antes de una reunión de padres, o en la entrevista para un nuevo colegio me sentía una GIGANTE IMPOSTORA.
Me acuerdo que pensaba... "Estas personas me están dejando en sus manos lo mas valioso de sus vidas, nose si soy buena en esto, nose si soy la indicada"
La cuestión es que cuando me lancé de lleno con Papeleando, esta sensación no se fue, todo lo contrario, se potenció y me venía a visitar cada vez más frecuentemente.
Lanzaba un producto y una vocecita maléfica me decía: " mmmm esto nose si te lo van a comprar... no es tan espectacular como crees que quedó". Ni hablar con los talleres online "Te parece Daniela que alguien te va a pagar para que le expliques esto?"
Los hechos después me demostraban que sí, la gente sí elegía ese producto y justamente lo compraban por lo espectacular que le parecía. O mis alumnas, que para mi sorpresa siempre fueron muchas, (pues claro, siempre esperando lo peor) me decían que mis formas de explicar las inspiraron o que los proyectos que enseñaba en los talleres les parecían super originales y que aprendieron un montón, etc.
Pero no quiero irme mucho más lejos.. te quiero hablar de lo que me pasó puntualmente este mes y te prometo que le vamos a sacar el lado positivo.
Al menos siempre trato de hacerlo con cada cosa que me va pasando.
Este mes lancé la tercer edición de mi programa para emprendedoras
"Emprendé con Pape" un programa que tardé años en sacar a la luz justamente por este querido síndrome del impostor.
Pero que como bien leíste, va por su tercer edición ya.
El tema no fue en el lanzamiento, el tema fue el armado. Este año decidí cambiar la dinámica del programa y armar los módulos teóricos grabados.
Y acá viene el meollo de la cuestión.
Cuando tuve que ponerme a grabar me encontré con una versión de mi vocecita muy cruel. Mientras grababa me decía: "Estás diciendo cualquier cosa, esto no le aporta nada a nadie, sos una caradura si crees que vas a ayudar a alguien con todo esto."
Y la verdad, es que al principio me dejé llevar por lo que me decía y me costó ese primer día de grabación seguir avanzando. Pero si hay algo que aprendí con todos los libros que estuve leyendo, con todo lo que vengo trabajando en mi desarrollo personal y con el crecimiento de los últimos años es a no dramatizar y a mirar todo con un poco mas de objetividad.
Entonces me puse a repasar el feedback que recibí de las casi 30 emprendedoras que pasaron por las ediciones anteriores y cada una de ellas me agradeció infinitamente todo lo que les aportó este espacio, lo maravilloso de descubrir que mi camino no fue algo mágico y color de rosa, la autenticidad en mi forma de transmitirlo, la cantidad de info y data útil que les compartí desde un lugar muy cercano y amigable, etc. etc. etc.
Realmente el feedback que recibí fue hermoso y pararme con objetividad ante estos pensamientos, ponerles un freno y centrarme en lo que realmente estaba sucediendo, en que realmente esto que estoy creando aporta y transforma a quien decide hacerlo, me ayudó a que esa vocecita suene cada vez más baja.
Me ayudó a prácticamente mutearla y sobre todo, pude avanzar con las grabaciones.
Cuando me tocó editarlas, y tuve que escuchar todo lo que dije realmente entendí que estaba siendo muy injusta conmigo. Que realmente pude ser clara en las cosas que tenía que explicar, que realmente comunico desde un lugar auténtico y genuino y que realmente es un espacio creado en función de mi experiencia, de lo que aprendí y viví. Puede que no sea el discurso con más tecnicismo y formalidad, pero es un discurso 100% real y que nació desde mi interior y desde un recorrido de casi 10 años,
un recorrido REAL, MI RECORRIDO.
Y nose si será que algo adentro me hizo click o fue simplemente un momento muy esclarecedor de mi camino emprendedor, pero entendí algo muy importante.
El síndrome del impostor va a estar, va a venir a desafiarnos en cada paso incómodo que demos, va a venir a querer hacernos flaquear cuando estemos saliendo de nuestra zona de confort, va a querer que NO nos expongamos, va a querer sembrar su semilla de inseguridad, invitarnos a compararnos con los demás con el solo fin de frustrarnos y a susurrarnos sus mentiras al oído.
Pero, (y acá viene un " te lo digo, me lo digo")
¿sabes quién tiene el control remoto para bajarle el volumen?
Sí, lo tenes solamente vos.
Vos tenes el control, vos tenes el poder de silenciarlo.
Quizás se trate de aferrarse a hechos concretos que te den la fortaleza para hacerlo.
Quizás se trate de correrse del protagonismo del drama y pasar a mirar la telenovela como la guionista que decide cuál es el camino a seguir y cómo transitarlo.
Pero sobre todo, y creo que acá estuvo mi mayor aprendizaje, quizás se trate de dejar de faltarte el respeto a vos misma, a tu experiencia, a tu vida, a tu camino, a lo que te trajo hasta acá.
Me cansé de deshonrar mi camino por esas inseguridades infundadas, me cansé de que esa vocecita tenga tanto poder sobre mí.
Al menos esta vez, en este febrero del 2023:
SINDROME DEL IMPOSTOR 0
PAPE 1
¿Que volverá a visitarme?
Ya lo creo que si, y no creo que falte mucho.
Pues se vienen lanzamientos nuevos en papeleando,
se vienen muchos pasos fuera de mi zona de confort.
Pero espero acordarme de esta batalla que le gané y espero integrar este aprendizaje para que cuando venga a visitarme pueda mutearlo rapidito y sin tanta vuelta.
Lo invitaré a tomar un cafecito, le explicaré amablemente que le agradezco su visita, pero que no lo necesito hoy.
Ojalá puedas ganar tus batallas vos tambíen o por lo menos darle pelea y no hacérsela tan fácil... porque la vida es cíclica y algunas veces nos saldrá mejor que otras.
Ojala te haya servido mi experiencia,
gracias por leerme, gracias por estar del otro lado cada mes.
Y si queres ser parte de la tercer edición del programa, hasta el viernes 3/3 tenes tiempo de sumarte y para que juntas callemos a esa impostora que no te deja apostar por tu proyecto , con el código "EMPUJONCITO" tenes un 10% off.