#Papereflexiona
Esta sección puede ser un poco extensa, pues me encanta reflexionar, repensar temas y compartirlos, asi que acá vamos...
Hoy:
El propósito
El tema de hoy fue un tema que estuvo resonando en todo este mes, y que termine de definirlo con la peli Soul, que si no la viste, te aconsejo que la veas porque es realmente hermosa.
Soul cuenta la historia de un profesor de música que se siente frustrado con su profesión y que sueña con ser parte de una banda de jazz.
En el medio de la peli pasan cosas y se transporta al "gran antes" donde conoce un alma que todavía no encontró su lugar ni su porpósito en el mundo.
¿Interpelada?
Bueno, preparate porque esta edición viene de esto.
La palabra propósito siempre fue algo que me generaba sentimientos encontrados.
Cuando empecé a interiorizarme con el mundo emprendedor, cada curso, cada charla, cada cosa que leía siempre mencionaba la importancia de definir el propósito de tu negocio. El propósito de lo que haces, visto como la gran meta a llegar.
Como si fuera fácil definir en una oración qué es eso que sentís que viniste a hacer en la vida, eso que te hace sentir como si flotaras, eso que te hace sentir en "la zona" como lo llaman en Soul.
Creo que muchas veces la sociedad nos impone que rapidamente encontremos nuestro destino, nos hacen creer que eso es lo único que importa, sin detenernos tanto en el camino, en el proceso.
Nos hacen creer que encontrar ese GRAN propósito nos va a llevar a vivir una vida más exitosa, más extraordinaria.
Pero antes de decirte o compartirte qué estuve reflexionando sobre este tema, dejame que te cuente un poco sobre mi camino en la búsqueda de ese
GRAN PROPOSITO.
Cuando termine el colegio, estaba convencida que mi propósito era enseñar, formar y acompañar a "mini humanos", enseñarles sobre hábitos, rutinas, valores y conceptos básicos a esos seres que recién "estrenaban" sus primeros años de vida.
Mientras estaba ejerciendo esa profesión que creía que era mi propósito en la vida, me sentía vacía, sentía que eso no era todo, que faltaba algo, que había algo más.
En ese tiempo nació papeleando, y cada vez que me ponía a crear algo con mis manos, sentía esa chispa, sentía que estaba "en la zona".
Pasaron los años y por allá por el 2019, dejé mi profesión a un lado, y aposté todo a mi emprendimiento, creyendo que ese era el destino, el fin.
Emprendiendo fui descubriendo muchas partes de mi que no conocía, fui descubriendo que quizás mi propósito en la vida había cambiado. Quizás ahora mi propósito era contagiar esas ganas de celebrar o el amor por el papel.
Realmente me costaba mucho definirlo.
Pero llegó un momento en el que empecé a sentir que había algo más, otra vez.
La pandemia irrumpió en mi vida (y en el mundo entero, claro), con ella llegaron los talleres online y volví a conectar con la enseñanza, pero desde otro lugar...
y nuevamente ese gran propósito se puso en duda.
¿Qué es lo que quiero? ¿Qué deseo? ¿Para qué estoy acá?
Esas preguntas siempre rondaban en mi cabeza, con un dejo de exigencia de tener una respuesta, porque claro, "los que saben" dicen que uno tiene que tener su propósito bien definido si quiere crear un negocio exitoso.
Lo que no me estaba dando cuenta ni tampoco me permitía hacerlo, era que estaba en plena búsqueda, en pleno proceso, en el camino.
No me estaba dando cuenta que mi propósito fue mutando conmigo, que esas veces que sentía que había algo más no era inconformidad, era la vida cambiándome, era mi vida cambiando, mutando hacia otra versión.
Era yo explorando a ver qué camino quería tomar.
El año pasado empecé a curiosear con la creatividad, a leer sobre el tema, a darle importancia y prioridad en mi día a día a vivir una vida más creativa.
Sentía que papeleando al convertirse en mi trabajo full time, se había "robado" la parte creativa y vivía haciendo tareas administrativas, operativas, infinitas horas de pantalla y cada vez menos tiempo de crear.
En ese momento entendí que era mi responsabilidad reconectarme
con mi creatividad, darme momentos para eso.
Y como siempre que probé algo que me hizo bien, quise compartirlo y empecé a buscar expandir esa sensación, y tratar de inspirar a mi entorno y a mi comunidad a que puedan vivir una vida más creativa en una sociedad que un poco nos quiere adormecidos, robotizados, mecanizados.
Ojo, no quiero echar culpas a la sociedad ni a la tecnología, sino que quiero hacer hincapié en lo que cada uno puede controlar de su vida.
En ese momento, desde el año pasado empece a sentir que estaba encontrando cuál era mi propósito, al menos en este momento, en esta versión de mi misma HOY.
Me llevó un largo camino encontrarlo y tampoco se si es que realmente lo encontré, pero hace ya un tiempo siento que mi propósito hoy esta siendo inspirar a vivir una vida más creativa.
Pero si realmente me preguntas a que siento que vine a este mundo,
siento que vine a a vivir y disfrutar de lo que soy capaz de crear.
Y si hago un recorrido en mi proceso, la realidad es que eso siempre lo hice, siempre busqué la forma de crearme una vida que pueda disfrutarla más y en el camino compartirlo para inspirar a otros.
Hay una escena en la película, en la que el "alma perdida" , que se llama "22", le dice a Joe (algo más o menos así) que estaba descubriendo un mundo que no conocía, las hojitas que caían de los árboles, los sabores de las cosas que probaba, los aromas, los colores. Y Joe le dice "eso no es un propósito, eso es una vida común y corriente" y ella le responde: "¿Y qué pasa si mi propósito simplemente es vivir y disfrutar de una vida común y corriente?"
Y para ir cerrando con esto, y puede que hasta por momentos sea algo contradictorio. Creo que no está mal ir en la búsqueda de nuestro propósito, seguramente todos vinimos a este plano por alguna razón, o por varias.
Pero si hay algo de lo que estoy convencida es de que ese propósito no es la meta, la meta es disfrutar del camino, es disfrutar y permitirnos explorar en nuestro proceso.
La meta es estar abiertos a que todo puede cambiar de un día para el otro.
La meta es fluir y entregarnos en esa búsqueda.
Algunos tardaran más o menos que otros, algunos quizás nunca lo encuentren, algunos quizás estén convencidos de que su propósito es uno y después la vida les demuestra que era otro, algunos quizás lo tuvieron siempre muy claro.
Y eso es lo hermoso de la vida, que cada ser es único, con su vida, su proceso y su propósito.
Al menos yo, hoy quiero que mi propósito sea ese, disfrutar del camino,
respetar y valorar mi proceso, y en el trayecto compartirlo con ustedes.