Es todo muy reciente pero hasta ahora pude identificar 3 grandes aprendizajes:
- No dar absolutamente nada por sentado. Si, claro que ya agradecía, valoraba y disfrutaba un montón de cosas de mi día a día, pero este suceso elevó estas tres actitudes varios escalones más.
Me recordó la importante que es dejar de ver las rutinas simples cómo algo obvio para darme cuenta que en verdad son momentos mágicos.
- Siempre se puede elegir ver el vaso medio lleno. Creo que fue una de las peores experiencias que viví hasta ahora. Sin embargo, cuándo logré calmar la angustia inicial, pude poner en perspectiva la situación.
Estábamos en la habitación con él, podía tenerlo abrazado 24x7, verlo jugar, dormir, comer.
Tenemos una gran y amorosa red de contención qué estuvo 100% disponible y presente.
Sabíamos
que era cuestión de tiempo y paciencia volver a casa.
- Usar mi cajita de herramientas siempre me da fuerza. Creo que recién al segundo o al tercer día pude tener más claridad mental y me acordé de todos los recursos que podía usar para atravesar esta situación con mayor paz.
Le pedí a mi marido que me traiga de casa una esencia floral que despierta los curadores internos para una pronta recuperación, medité en alguna siesta de Juli y entre varias interrupciones de enfermeras que entraban y salían, y usé dos frases de biodecodificación que quiero compartirte por si en algún momento las necesitás (espero que no 🙏)
"Hijo activó en vos tu poder sanador"
"Hijo te libero de todo síntoma. Es innecesario que me lo muestres en tu biología"