, quizás hayas visto mis historias de IG de esta semana, donde compartí cómo dos de mis consultantes me regalaron un lindo aprendizaje.
“Justo”, en una sesión tras otra, me repitieron las mismas dos palabras: “Pasarla bien”
Ambos están tomando decisiones en sus vidas con este objetivo.
Te cuento un poco más de sus historias para que puedas llevarlo a tu vida.
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Ella viene de unos meses difíciles a nivel familiar. De repente se tuvo que ocupar demasiado de asuntos de salud de su papá y perdió, por un tiempo, su valor más importante: la libertad.
En nuestro último encuentro, me contó que todo se estaba acomodando y que ahora está enfocada en elegir actividades, personas y lugares donde la pase bien.
Casi al final de la sesión, hablamos sobre un libro que yo estaba leyendo pero que me aburría un poco (me cuesta mucho dejar las cosas sin terminar) y ella me dijo: “Si no te gusta ¡dejaló!, hay que hacer cosas para pasarla bien”
“Si, re. Además, la verdad es que las cosas “malas” vienen solas… De lo que podemos elegir, que sean cosas que nos sumen” le conteste.
Esto sucedió el viernes pasado, en la última sesión de la semana.
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El lunes, en la primera consulta de esta semana, apareció el mismo mensaje.
Él planifica todo. Le cuesta ser espontaneo (o al menos, le costaba). Me cuenta que le surgió la posibilidad de irse de viaje y sin pensarlo mucho se fue.
“Fue una aventura. Casi de un día para el otro saqué los pasajes y me fui. La pasé increíble. Estoy aprendiendo a pasarla bien sin tanto plan y estructura”
En mis notas resalté con color “Pasarla bien”
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Ok. Entendí el mensaje. Yo soy la que también tiene que aprender a pasarla bien.
¿Suena divino, no?
Pero, ¡ojo!, no es tan simple. A veces implica trabajar en nuestros miedos, inseguridades, creencias arraigadas y estructuras internas que nos limitan.
Otras veces, necesitamos esfuerzo y disciplina en la previa. Por ejemplo, esta semana finalmente empecé una dieta.
Quizás en el proceso no la pasó súper bien, peroooo tengo muy claro mi objetivo:
Abrir mi placard y poder elegir la ropa que quiera con la tranquilidad de que todo me quedará bien. ¡Eso si que es pasarla bien!
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, te invito a reflexionar sobre que decisiones podés tomar o que cambios necesitas hacer para pasarla bien en tu día a día.
No se trata solo de momentos extraordinarios, sino de encontrar ese bienestar en lo ordinario, en la rutina.
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Conclusión: Siempre que sea posible, elijamos pasarla bien.
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Nos leemos el próximo sábado 🙂
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