Desde mi adolescencia hasta mis 30 años viví enfocada en el futuro. Haciendo planes y proyectos. Teniendo miedos y preocupaciones. Con mi cuerpo acá pero con mi mente allá.
Hasta que en el 2013 todos mis planes se derrumbaron. El exceso de futuro se hizo cenizas con sólo una llamada telefónica de menos de un minuto.
A partir de esa mañana empecé a vivir solamente en el presente. Sentía que todo era tan incierto que no podía proyectar absolutamente nada.
Y cuando les digo nada era nada. Ni una semana para la otra.
Me fui al otro extremo. De Paula futurista a Paula ahorista con la velocidad de un rayo (y claramente sin elegirlo a consciencia)
El tema es que Paula modo presente se convirtió por muchos años en mi mecanismo de seguridad. Me daba tanto miedo planificar y que de nuevo todo se vuelva a derrumbar que sólo podía pensar en las próximas 24hs.
Y claro que estoy súper de acuerdo en lo importante que es vivir en el aquí y ahora pero, como siempre digo, ningún extremo es saludable.